Un lugar para caminar con San Pablo... para llevar a Cristo a cada persona en cada paso... un espacio para peregrinar a través de las Cartas de San Pablo, un lugar para reflexionar, compartir, y disfrutar de La Palabra a través de su gesta como el Apóstol de las Gentes. Una oportunidad más para conocer a Pablo de Tarso, misionar con él y llevar la Palabra de Jesús Resucitado.

martes, diciembre 23

Carta a los Gálatas: Parte II (3-4) por Rafael Sanz


















Es la parte de argumentación doctrinal: Demuestra por la Escritura que es la fe, y no la ley, la que salva al hombre en el plan divino.

Pablo presenta ahora una defensa escriturística y doctrinal de su evangelio. Esta defensa contiene tres partes, en las que Pablo se refiere al reino de la fe y al reino de la libertad cristiana y los ilustra con una alegoría de un pasaje del Antiguo Testamento.

Estos capítulos 3 y 4 están dominados por la figura de Abraham y por la de Cristo, su descendente y heredero de la promesa. La argumentación de Pablo nos parece muy sutil. Se adivina que los ,judaizantes insistían en la necesidad de que los convertidos se unieran a la descendencia de Abrahán mediante la circuncisión y pertenecieran a la ciudad de Jerusalén hacia la que habrían de dirigirse los pueblos (Is 2,2-4). Con habilidad, Pablo cambia esta argumentación releyendo la Escritura a partir de Cristo, crucificado y resucitado.

El progreso de su pensamiento es así: 1) la experiencia de la espiritualidad de los gálatas: ¿de quien han recibido el Espíritu? ( 1-5); 2) La promesa hecha a Abrahán: se goza de ella por la fe, no por las obras de la ley (6-14); 3) La ley, dada posteriormente, y provisional, no anuló la promesa; lo sometió todo al pecado (15-25); 4) una doble preocupación dogmática: a) formamos uno solo en Cristo Jesús: somos la descendencia de Abrahán para quienes vale la promesa (26-29) + b) acabada la tutela de la ley, somos hijos en el Hijo, gracias al Espíritu, fruto de la promesa (4,1-7); 5) vuelta a la experiencia de los gálatas (8-20) y 6) vuelta a la Escritura: hijos de la mujer libre, los cristianos pertenecen a la Jerusalén celestial. ¡Que no caigan de nuevo en la esclavitud de la ley! (21-31)

a) el reino de la fe (3,1-29)

Pablo propone dos argumentos para explicar la sustitución de la Ley por la Fe:

1°) Es presentado en forma de tres preguntas y está tomado de la experiencia cristiana (3,1-5):

3,1 ¡Gálatas insensatos! ¿Quién os ha fascinado a vosotros, a cuyos ojos ha sido presentado Jesucristo crucificado? 2 Quiero saber de vosotros una sola cosa: ¿habéis recibido el Espíritu por las obras de la ley o por la fe en la predicación? 3 ¿Tan insensatos sois? Habiendo comenzado por el Espíritu, ¿termináis ahora en carne? 4 ¿Habéis pasado en vano por tales experiencias? ¡Pues bien en vano sería! 5 El que os otorga el Espíritu y obra milagros entre vosotros, ¿lo hace por las obras de la ley o por fe en la predicación?


2°) A partir de la Sagrada Escritura (3,6-28), en cuatro fases:

(a) la fe y la ley (6-14):

6 Así, Abrahán creyó en Dios y le fue reputado como justicia. 7 Tened, pues, entendido que los que creen, ésos son los hijos de Abrahán. 8 La Escritura, previendo que Dios justificaría a los gentiles por la fe, anunció con antelación a Abrahán esta buena nueva: En ti serán bendecidas todas las naciones. 9 Así pues, los que creen son bendecidos con Abrahán el creyente. 10 Porque todos los que viven de las obras de la ley incurren en maldición. Pues dice la Escritura: Maldito todo el que no se mantenga en la práctica de todos los preceptos escritos en el libro de la Ley. -11 Y que la ley no justifica a nadie ante Dios es cosa evidente, pues el justo vivirá por la fe; 12 pero la ley no procede de la fe, antes bien quien practique sus preceptos, vivirá por ellos.- 13 Cristo nos rescató de la maldición de la ley, haciéndose él mismo maldición por nosotros, pues dice la Escritura: Maldito el que cuelga de un madero. 14 Y esto para que la bendición de Abrahán llegara a los gentiles, en Cristo Jesús, y por la fe recibiéramos el Espíritu de la promesa.

(b) la ley no anula la Promesa (I5-18):

15 Hermanos, voy a explicarme al modo humano: aun entre los hombres, nadie anula ni añade nada a un testamento hecho en regla. 16 Pues bien, las promesas fueron hechas a Abrahán y a su descendencia. No dice: «y a los descendientes», como si fueran muchos, sino a uno solo, a tu descendencia, es decir, a Cristo. 17 Y digo yo: Un testamento ya hecho por Dios en debida forma, no puede ser anulado por la ley, que llega cuatrocientos treinta años más tarde, de tal modo que la promesa quede anulada. 18 Pues si la herencia dependiera de la ley, ya no procedería de la promesa, y sin embargo, Dios otorgó a Abrahán su favor en forma de promesa.


(c) función de la ley (19-22):

19 Entonces, ¿para qué la ley? Fue añadida en razón de las transgresiones hasta que llegase la descendencia, a quien iba destinada la promesa, promulgada por los ángeles y con la intervención de un mediador. 20 Ahora bien, cuando actúa uno solo, no hay mediador, y Dios es uno solo. 21 Según esto, ¿la ley se opone a las promesas de Dios? ¡De ningún modo! Si se nos hubiera otorgado una ley capaz de dar vida, en ese caso la justicia vendría realmente de la ley. 22 Pero la Escritura encerró todo bajo el pecado, a fin de que la promesa fuera otorgada a los creyentes mediante la fe en Jesucristo.

y (d) el advenimiento de la fe (23-29):

23 Antes de que llegara la fe, estábamos encerrados bajo la vigilancia de la ley, en espera de la fe que debía manifestarse. 24 De manera que la ley fue nuestro pedagogo hasta Cristo, para ser justificados por la fe. 25 Mas, una vez llegada la fe, ya no estamos bajo el pedagogo. 26 Pues todos sois hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús. 27 Los que os habéis bautizado en Cristo os habéis revestido de Cristo: 28 ya no hay judío ni griego; ni esclavo ni libre; ni hombre ni mujer, ya que todos vosotros sois uno en Cristo Jesús. 29 Y si sois de Cristo, ya sois descendencia de Abrahán, herederos según la promesa.


b) el reino de la libertad cristiana (4,1-4,20)

La segunda parte de la defensa escriturística y doctrinal que hace Pablo de su evangelio comienza con el tercer desarrollo midráshico del relato de Abrahán (cf. 3,6.15). Para llegar a ser heredero de las promesas hechas a Abrahán no se requiere el cumplimiento de las obras de la ley, sino la fe, que hace que el hombre sea verdadero descendiente suyo. Todo esto se ilustra con ejemplos tomados de las costumbres griegas y palestinenses sobre la herencia.

4,1 Pues digo yo: Mientras el heredero es menor de edad, en nada se diferencia de un esclavo, con ser dueño de todo; 2 sino que está bajo tutores y administradores hasta el tiempo fijado por el padre. 3 De igual manera, también nosotros, mientras éramos menores de edad, éramos esclavos de los elementos del mundo. 4 Pero, al llegar la plenitud de los tiempos, envió Dios a su Hijo, nacido de mujer, nacido bajo la ley, 5 para rescatar a los que se hallaban bajo la ley, y para que recibiéramos la condición de hijos. 6 Y, como sois hijos, Dios envió a nuestros corazones el Espíritu de su Hijo que clama: ¡Abbá, Padre! 7 De modo que ya no eres esclavo, sino hijo; y si hijo, también heredero por voluntad de Dios.

8 Pero en otro tiempo, cuando no conocíais a Dios, servíais a los que en realidad no son dioses. 9 Mas, ahora que habéis conocido a Dios, o mejor, que él os ha conocido, ¿cómo retornáis a esos elementos sin fuerza ni valor, a los cuales queréis volver a servir de nuevo? 10 Observáis los días, los meses, las estaciones, los años. 11 Me hacéis temer haya sido en vano todo mi afán por vosotros.


El cambio de los gálatas.

12 Haceos como yo, pues yo me hice como vosotros. Ningún agravio me hicisteis. 13 Pero bien sabéis que una enfermedad corporal me dio ocasión para evangelizaros por primera vez; 14 y, no obstante la prueba que suponía para vosotros mi cuerpo, no me mostrasteis desprecio ni repulsa, sino que me recibisteis como a un mensajero de Dios: como a Cristo Jesús. 15 ¿Dónde está ahora el parabién que os dabais? Pues yo mismo puedo atestiguaros que os hubierais arrancado los ojos, de haber sido posible, para dármelos. 16 ¿Es que me he vuelto enemigo vuestro diciéndoos la verdad? 17 Ese interés por vosotros no es bueno; quieren alejaros de mí para que os intereséis por ellos. 18 Bien está ser objeto de interés para el bien, pero siempre, y no sólo cuando yo estoy entre vosotros. 19 ¡Hijitos míos!, por quienes sufro de nuevo dolores de parto, hasta ver a Cristo formado en vosotros. 20 Quisiera hallarme ahora en medio de vosotros para poder acomodar el tono de mi voz, pues no sé cómo habérmelas con vosotros.

c) la alegoría de Sara y Agar ilustra esta libertad (4,21-31)

Quizá el empleo de la metáfora de la madre sugirió a Pablo el cuarto de los desarrollos midráshicos del relato de Abrahán, una alegoría sobre Sara, la madre de Isaac, el verdadero heredero.

21 Decidme vosotros, los que queréis estar sometidos a la ley: ¿No oís lo que dice la ley? 22 Pues está escrito que Abrahán tuvo dos hijos: uno de la esclava y otro de la libre. 23 Pero el de la esclava nació según la naturaleza; el de la libre, en virtud de la promesa. 24 Hay en ello una alegoría: estas mujeres representan dos alianzas; la primera, la del monte Sinaí, madre de los esclavos, es Agar, 25 (pues el monte Sinaí está en Arabia) y corresponde a la Jerusalén actual, que es esclava, y lo mismo sus hijos. 26 Pero la Jerusalén de arriba es libre; ésa es nuestra madre, 27 pues dice la Escritura: Regocíjate estéril, la que no dabas hijos; rompe en gritos de júbilo, la que no conocías los dolores de parto, que más son los hijos de la abandonada que los de la casada. 28 Y vosotros, hermanos, a la manera de Isaac, sois hijos de la promesa. 29 Pero, así como entonces el nacido según la naturaleza perseguía al nacido según el Espíritu, así también ahora. 30 Pero ¿qué dice la Escritura? Despide a la esclava y a su hijo, que no herederá el hijo de la esclava junto con el hijo de la libre. 31 Así que, hermanos, no somos hijos de la esclava, sino de la libre.

(Continuará)

sábado, diciembre 20

Se ha manifestado el amor de Dios















"La gracia de Dios, que es fuente de salvación para todos los hombres, se ha manifestado.

Ella nos enseña a rechazar la impiedad y los deseos mundanos,

para vivir en la vida presente con sobriedad, justicia y piedad,

mientras aguardamos la feliz esperanza y la Manifestación de la gloria

de nuestro gran Dios y Salvador, Cristo Jesús.

Él se entregó por nosotros, a fin de librarnos de toda iniquidad,

purificarnos y crear para sí un Pueblo elegido y lleno de celo en la práctica del bien". (Carta a Tito 2, 11-14)

Con lo saludos navideños y de Año nuevo del P. Benito

Consigna: “Vivamos con sobriedad, justicia y piedad”.

lunes, diciembre 8

Carta a los Gálatas: Parte I (1,11-2,21)


Es la parte narrativa, más personal e histórica: Pablo defiende su evangelio: su evangelio es de origen divino y está confirmado por la autoridad de la Iglesia.

Al parecer, los judaizantes habían acusado a Pablo de que su mensaje no provenía de Cristo, sino de otros predicadores, y que lo había adulterado al liberar a los gentiles de la obligación de circuncidarse. Su réplica consiste en reafirmar el origen divino de su misión apostólica y en explicar las relaciones que mantiene con la Iglesia madre de Jerusalén.

Por tanto los hechos se evocan solamente para poner en evidencia la verdad del evangelio. Podemos proponer este plan general:

l °) Pablo es llamado a ser apóstol de las naciones y
2°) el combate de Pablo por la verdad de su evangelio en Jerusalén y en Antioquía.
a) el evangelio de Pablo no es de origen humano sino divino (1,11-24)

El evangelio que Pablo tiene que proclamar no es un mensaje abstracto de salvación, ni tampoco una proclamación existencíal sobre el destino del hombre, sino una Persona, el Hijo… Lo que importa percibir es el vínculo entre este descubrimiento teologico y el universalismo de la misión. Si Jesús es el Hijo de Dios y no solamete el Mesías, entonces saltan todas las barreras que separanban a los judíos y a los gentiles. La revelación de Hijo introduce la era del cumplimiento en la que todas las naciones se benefician de la promesa, por medio de la fe (Gal 3,6-9).

11 Porque os hago saber, hermanos, que el Evangelio anunciado por mí, no es de orden humano, 12 pues yo no lo recibí ni aprendí de hombre alguno, sino por revelación de Jesucristo. 13 Pues habéis oído hablar de mi conducta anterior en el judaísmo, cuán encarnizadamente perseguía a la iglesia de Dios para destruirla, 14 y cómo superaba en el judaísmo a muchos compatriotas de mi generación, aventajándoles en el celo por las tradiciones de mis padres. 15 Mas, cuando Aquel que me separó desde el seno de mi madre y me llamó por su gracia, tuvo a bien 16 revelar en mí a su Hijo, para que le anunciase entre los gentiles, al punto, sin pedir consejo a hombre alguno, 17 ni subir a Jerusalén donde los apóstoles anteriores a mí, me fui a Arabia, de donde volví a Damasco.18 Luego, de allí a tres años, subí a Jerusalén para conocer a Cefas y permanecí quince días en su compañía. 19 Y no vi a ningún otro apóstol, sino a Santiago, el hermano del Señor. 20 Y en lo que os escribo, Dios me es testigo de que no miento. 21 Más tarde me fui a las regiones de Siria y Cilicia. 22 Personalmente no me conocían las iglesias de Cristo en Judea. 23 Solamente habían oído decir: «El que antes nos perseguía ahora anuncia la buena nueva de la fe que entonces quería destruir». 24 Y glorificaban a Dios por mi causa.

b) el evangelio de Pablo está aprobado por los responsables de Jerusalén en el concilio de Jerusalén (2,1-10)

Lo demuestra con la aparición constante del verbo circuncidar (2,3; 5,2.3; 6,12.13) y del sustantivo ciscuncisión (2,7.8.9.12; 5,6.11; 6,15).

2,1 Luego, al cabo de catorce años, subí nuevamente a Jerusalén con Bernabé, llevando conmigo también a Tito. 2 Subí movido por una revelación y les expuse a los notables en privado el Evangelio que proclamo entre los gentiles para ver si corría o había corrido en vano. 3 Pues bien, ni siquiera Tito que estaba conmigo, con ser griego, fue obligado a circuncidarse. 4 Y esto a causa de los intrusos, los falsos hermanos que solapadamente se infiltraron para espiar la libertad que tenemos en Cristo Jesús, con el fin de reducirnos a esclavitud, 5 a quienes ni por un instante cedimos, sometiéndonos, a fin de salvaguardar para vosotros la verdad del Evangelio… 6 Y de parte de los que eran tenidos por notables -¡no importa lo que fuesen: Dios no mira la condición de los hombres- en todo caso, los notables nada nuevo me impusieron. 7 Antes al contrario, viendo que me había sido confiada la evangelización de los incircuncisos, al igual que a Pedro la de los circuncisos, 8 -pues el que actuó en Pedro para hacer de él un apóstol de los circuncisos, actuó también en mí para hacerme apóstol de los gentiles- 9 y reconociendo la gracia que me había sido concedida, Santiago, Cefas y Juan, que eran considerados como columnas, nos tendieron la mano en señal de comunión a mí y a Bernabé, para que nosotros fuéramos a los gentiles y ellos a los circuncisos.10 Sólo nos pidieron que nos acordáramos de los pobres, cosa que he procurado cumplir. c) el evangelio de Pablo puso de manifiesto la falta de consecuencia de Pedro en Antioquía (2,11-14): el combate de Pablo por la libertad cristiana y la verdad del evangelio.

Los “pilares” de la Iglesia de Jerusalén no sólo aprobaron el evangelio de Pablo, sino que en la Iglesia de Antioquía, formada por gentiles y judíos, la predicación de Pablo apareció como la única respuesta posible. En la parte narrativa de la carta, el conflicto de Antioquía constituye el punto final.

11 Mas, cuando vino Cefas a Antioquía, me enfrenté con él cara a cara, porque era censurable. 12 Pues antes que llegaran algunos de parte de Santiago, comía en compañía de los gentiles; pero una vez que aquéllos llegaron, empezó a evitarlos y apartarse de ellos por miedo a los circuncisos. 13 Y los demás judíos disimularon como él, hasta el punto de que el mismo Bernabé se vio arrastrado a la simulación.

14 Pero en cuanto vi que no procedían rectamente, conforme a la verdad del Evangelio, dije a Cefas en presencia de todos: «Si tú, siendo judío, vives como gentil y no como judío, ¿cómo fuerzas a los gentiles a judaizar?

d) Resumiendo: Pablo resume su evangelio (2,15-21): por la fe en Cristo, Dios justifica a judíos y paganos.

La primera parte de Gal termina con un resumen de la enseñanza de Pablo sobre la fe y la Ley, y viene a ser una reformulación de las palabras que Pablo dirigió a Pedro en Antioquía. Gran parte de la doctrina de Rom y Gal se encuentra sintetizada con gran concisión en estos siete versículos. Estos versículos apasionados en los que Pablo nos abre el secreto de su vida personal, constituyen el corazón mismo de toda la carta y sirven de transición a la demostración por medio de la Escritura.

15 «Nosotros somos judíos de nacimiento y no gentiles pecadores; a pesar de todo, 16 conscientes de que el hombre no se justifica por las obras de la ley sino por la fe en Jesucristo, también nosotros hemos creído en Cristo Jesús a fin de conseguir la justificación por la fe en Cristo, y no por las obras de la ley, pues por las obras de la ley nadie será justificado. 17 Ahora bien, si buscando nuestra justificación en Cristo, resulta que también nosotros somos pecadores, ¿está Cristo al servicio del pecado? ¡De ningún modo! 18 Pues si vuelvo a edificar lo que una vez destruí, a mí mismo me declaro transgresor. 19 En efecto, yo por la ley he muerto a la ley, a fin de vivir para Dios: con Cristo estoy crucificado; 20 y ya no vivo yo, sino que Cristo vive en mí. Esta vida en la carne, la vivo en la fe del Hijo de Dios que me amó y se entregó a sí mismo por mí. 21 No anulo la gracia de Dios, pues si por la ley se obtuviera la justicia, habría muerto en vano Cristo.»

Escrito por rsanzcarrera

Archivado en Corpus Paulinum
14 Junio, 2008

Continuará...

¿COMO EXPONE SAN PABLO LA LIBERTAD CRISTIANA EN LA CARTA A LOS GALATAS?

1) La libertad que predica Pablo corresponde a una vocación (5,15). Esta llamada a la libertad se inscribe en el plan divino que nos revela la promesa hecha a Abrahám.

2) Esta libertad no puede desarrollarse más que en virtud de la redención realizada por Cristo (5, 1), sin el no hubiéramos podido.

3) La libertad cristiana se caracteriza en primer lugar como vida filial (4,4-7). La perspectiva teologal prevalezca sobre la perspectiva moral: la lucha contra los malos deseos de la carne no es anterior a la conversión al Dios Padre, sino que la contemplación del amor de Dios, revelado por la cruz de Cristo, lo que permite la lucha de liberación contra la tiranía del pecado

4) La libertad cristiana se desarrolla en el servicio mutuo. Lejos de encerrar al hombre en su suficiencia, lo entrega a los demás, lo mismo que Cristo se entregó por amor (2,20)

5) El Espíritu Santo es el actor decisivo: caminemos bajo su impulso (5,25) ya que donde está el Espíritu del Señor allí está la libertad.

6) Pablo no dice nada de las condiciones sociales, económicas, políticas de la libertad cristiana. Según la enseñanza de Pablo el mal está en la conciencia antes de estar en la sociedad y las reformas que miran a las estructuras no llevarán nunca a la verdadera liberación del hombre si no van dirigidas por el Espíritu de Jesucristo que provoca en cada uno la conversión personal.

Es la parte exhortativa: conservad esa libertad en Cristo. Vivir según el Espíritu: Cristo nos ha redimido para la libertad.

Pablo extrae algunas conclusiones prácticas de la exposición doctrinal que precede. Se trata de que los gálatas respondan a su vocación de libertad, la que el Espíritu de Dios suscita entre los hijos de la Jerusalén de arriba. Esta parte comprende dos secciones:

a) Advertencia para que no pierdan la libertad en Cristo (5,1-12)

Si Cristo nos ha comprado, no ha sido para hacernos cambiar una esclavitud por otra, sino para concedernos la libertad de los hijos de Dios. Se impone esta interpretación, si tenemos en cuenta el texto paralelo de Rom 8,15: mirad, no recibisteis un espíritu que os haga esclavos y os vuelva al temor; recibisteis un Espíritu que os hace hijos. 5,1 Para ser libres nos ha liberado Cristo. Manteneos, pues, firmes y no os dejéis oprimir nuevamente bajo el yugo de la esclavitud. 2 Soy yo, Pablo, quien os lo dice: Si os circuncidáis, Cristo no os aprovechará nada. 34 Habéis roto con Cristo todos cuantos buscáis la justicia en la ley. Habéis caído en desgracia. 5 En cuanto a nosotros por el Espíritu y la fe esperamos la justicia anhelada. 6 Porque siendo de Cristo Jesús ni la circuncisión ni la incircuncisión tienen eficacia, sino la fe que actúa por la caridad. De nuevo declaro a todo hombre que se circuncida que queda obligado a practicar toda la ley. 7 Corríais bien, ¿quién os puso obstáculos para que no siguierais la verdad? 8 Semejante persuasión no proviene de Aquel que os llama. 9 Un poco de levadura hace fermentar toda la masa. 10 Por mi parte, confío en el Señor que no cambiaréis de actitud; pero el que os perturba, quienquiera que sea, cargará con su sentencia. 11 En cuanto a mí, hermanos, si aún predico la circuncisión, ¿por qué soy perseguido? ¡Pues se acabó ya el escándalo de la cruz! 12 ¡Ojalá que se mutilaran los que os perturban!

b) Instrucciones sobre el recto uso de la libertad cristiana (5,13-6,10)

Pablo, en un primer momento, quiere dejar clara la primacia de la caridad (13-18), y junto a un catálogo de vicios (obras de la carne) que el cristiano debe evitar si quiere compartir las bendiciones del reino de Dios (19-21) añade un elenco de las virtudes que denomina frutos del Espíritu Santo (22-25).
13 Vosotros, hermanos, habéis sido llamados a la libertad; pero no toméis de esa libertad pretexto para la carne; antes al contrario, servíos unos a otros por amor. 14 Pues toda la ley alcanza su plenitud en este solo precepto: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. 15 Pero si os mordéis y os devoráis unos a otros, ¡mirad no vayáis a destruiros mutuamente! 16 Os digo esto: proceded según el Espíritu, y no deis satisfacción a las apetencias de la carne. 17 Pues la carne tiene apetencias contrarias al espíritu, y el espíritu contrarias a la carne, como que son entre sí tan opuestos, que no hacéis lo que queréis. 18 Pero, si sois guiados por el Espíritu, no estáis bajo la ley. 19 Ahora bien, las obras de la carne son conocidas: fornicación, impureza, libertinaje, 20 idolatría, hechicería, odios, discordia, celos, iras, ambición, divisiones, disensiones, 21 rivalidades, borracheras, comilonas y cosas semejantes, sobre las cuales os prevengo, como ya os previne, que quienes hacen tales cosas no heredarán el Reino de Dios. 22 En cambio el fruto del Espíritu es amor, alegría, paz, paciencia, afabilidad, bondad, fidelidad, 23 modestia, dominio de sí; contra tales cosas no hay ley. 24 Pues los que son de Cristo Jesús, han crucificado la carne con sus pasiones y sus apetencias. 25 Si vivimos por el Espíritu, sigamos también al Espíritu. 26 No seamos vanidosos provocándonos los unos a los otros y envidiándonos mutuamente.

Y en un segundo momento exhorta a vivir bajo la ley de Cristo que son preceptos de amor y celo (6,1-10).

6, 1 Hermanos, si alguno es sorprendido en alguna falta, vosotros, los espirituales, corregidle con espíritu de mansedumbre, y cuídate de ti mismo, pues también tú puedes ser tentado. 2 Ayudaos mutuamente a llevar vuestras cargas y cumplid así la ley de Cristo. 3 Porque si alguno se imagina ser algo, no siendo nada, se engaña a sí mismo.4 Examine cada cual su propia conducta y entonces tendrá en sí solo motivos de gloriarse, y no en otros, 5 pues cada uno lleva su propia carga. 6 Que el catecúmeno comparta sus bienes con el catequista. 7. No os engañéis; de Dios nadie se burla. Pues lo que uno siembre, eso cosechará: 8 el que siembre para su carne, de la carne cosechará corrupción; el que siembre para el espíritu, del espíritu cosechará vida eterna. 9 No nos cansemos de obrar el bien; que a su debido tiempo nos vendrá la cosecha si no desfallecemos. 10 Por tanto, mientras tengamos oportunidad, hagamos el bien a todos, pero especialmente a nuestros hermanos en la fe.

Tomado del Blog: Escritura Sagrada Autor: Rafael Sanz

La estancia imprevista de san Pablo en la región Gálata


Tomado del Blog: Escritura Sagrada Autor: Rafael Sanz

En el siglo III a. C., una tribus celtas, después de haber despojado a Delfos, pasaron el Bósforo y se instalaron en la altiplanicie del Asía Menor, en la región de Ankara. Su último rey Amintas legó sus estados a Roma que engrandeció la provincia Galacia con las regiones limítrofes de Pisidia, Frigia y Licaonia. Como en su carta Pablo se dirige a los fieles con el nombre de gálatas (3,1), podemos estar seguros de que recorrió el corazón del país y no sólo la Pisidia y la Licaonia, a las que había evangelizado en su primer viaje.

Deseoso de predicar el evangelio en las grandes ciudades, Pablo no tenía seguramente la intención de detenerse en las aldeas del país de los gálatas. Pero una grave enfermedad impidió sus proyectos. Con palabras conmovedoras, el apóstol recordará más tarde las delicadas atenciones que recibió (Gal 4, 14). La enfermedad de Pablo no apartó a quienes le hospedaban de prestarle todos sus cuidados. Sin embargo, en el mundo antiguo la enfermedad se creía muchas veces que estaba provocada por los demonios, de los que había que preservarse; con esta intención escupían en tierra ante el enfermo. Lejos de realizar aquel gesto de desaire (Gal 4, 14), los gálatas se conmovieron por la predicación de Cristo en la cruz (Gal 3,1) y su conversión fue seguida de múltiples manifestaciones del espíritu (Gal 3, 2). Pablo conservará un grato recuerdo de esta misión imprevista y por eso sentirá mayor sorpresa del cambio de sus convertidos cuando pasaron por allí los predicadores judaizantes (Gal 3,1-5).

*En la foto cómo luce Galacia hoy día, en el Peloponeso, Grecia.


¡Hablemos de Pablo!

Nuestro blog sobre San Pablo se sostiene de las colaboraciones de gente no solamente que tenga conocimiento sino también de aquellos que tienen la buena voluntad de compartir sus experiencias frente al legado que nos ha dejado Pablo a todos los cristianos. No tenemos colaboradores fijos, esto es un foro abierto para que todos compartamos la Palabra. Necesitamos de sus colaboraciones o el blog no podrá continuar de la misma forma que hasta ahora. Invitamos a los sacerdotes, religiosos en general y laicos a que compartan sus pensamientos, reflexiones acerca del Año Paulino. Envíenos fotos si su parroquia está de fiesta este Año Jubilar por ser la festividad de San Pablo. ¡Compartan con nosotros la alegría de la Palabra a através de Pablo!

sábado, diciembre 6

¡Feliz Cumpleaños, JESUS!


“Todos nosotros éramos impuros…

nadie invocaba tu nombre…

Con todo, Señor, tú eres nuestro Padre,

nosotros somos la arcilla de tus manos,

y tú eres el alfarero,

somos todos obras de tus manos…

¡Ojalá rasgaras el cielo y descendieras”(Isaías 64).



Tú que eres el “regalo” de Dios al mundo,

tú puedes devolvernos la esperanza

y la alegría, y venir en este tu nuevo cumpleaños

que te lo deseamos feliz: ¡Feliz cumpleaños, Jesús!.

Y lo sea también para nosotros y para todo el mundo.



Benito D. Spoletini,ssp

a todos los amigos/as de "Con san Pablo a Cristo"

Este es..

... un espacio para peregrinar a través de las Cartas de San Pablo, un lugar para reflexionar, compartir, y disfrutar de La Palabra a través de su gesta como el Apóstol de las Gentes. Una oportunidad más para conocer a Pablo de Tarso, misionar con él y llevar la Palabra de Jesús Resucitado.