Vitaminas Paulinas para el Año Sacerdotal n. 35
La Eucaristía, recibida dignamente, fuente de vida
Lo que yo recibí del Señor, y a mi vez les he transmitido, es lo siguiente: El Señor Jesús, la noche en que fue entregado, tomó el pan, dio gracias, lo partió y dijo: «Esto es mi Cuerpo, que se entrega por ustedes. Hagan esto en memoria mía». De la misma manera, después de cenar, tomó la copa, diciendo: «Esta copa es la Nueva Alianza que se sella con mi Sangre. Siempre que la beban, háganlo en memoria mía». Y así, siempre que coman este pan y beban esta copa, proclamarán la muerte del Señor hasta que él vuelva. Por eso, el que coma el pan o beba la copa del Señor indignamente tendrá que dar cuenta del Cuerpo y de la Sangre del Señor. Que cada uno se examine a sí mismo antes de comer este pan y beber esta copa… (1Corintios, 11,23-28).
Reflexión: Pablo reprende a los Corintios por celebrar mal la Eucaristía. Le recuerda la tradición del Señor y e la Iglesia y lo exhorta a participar dignamente del divino misterio.
Consigna: El encuentro principal con el Señor, se da en la Eucaristía. ¿Cómo te preparas y cómo participa al encuentro’ eucarístico.
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