3. 1. “El me amó y se entregó por mí” (Gál 2,20)
La lectura de la Biblia le ayudó a Pablo a descubrir el significado de la muerte de Jesús. En aquel tiempo, en el que la pobreza le obligaba a una persona a vender las propiedades o a venderse a sí misma o a sus hijos como esclavos, la Biblia obligaba al pariente más próximo a pagar el rescate y a comprar todo de nuevo. Así devolvía a la persona la posesión de sus bienes y restablecía la justicia (Lev 25,25-55). En la época del cautiverio, en que todo el pueblo cayó en la pobreza, nació la esperanza. ¡Dios mismo va a ser nuestro pariente más próximo! El enviará a su ‘siervo’ que, por amor solidario, se entregará a sí mismo, para rescatar y libertar al pueblo (Is 53,1; 1,2). Entonces, fue en esta antigua esperanza de su pueblo, como Pablo descubrió el sentido de la muerte de Jesús. Jesús es el pariente más próximo, el padrino, el siervo de Yavé, que se entregó a sí mismo por amor como rescate para restablecer a Pablo y a todo el pueblo en la posesión de la justicia y de la libertad (Cf. 1Pe 1,18-19). “El me amó y se entregó por mí”. ¡Esta “Buena Noticia” modificó por completo la vida de Pablo!
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