Damos gracias a Dios, el Padre de nuestro Señor Jesucristo, orando sin cesar por ustedes, desde que nos hemos enterado de la fe que tienen en Cristo Jesús y del amor que demuestran a todos los creyentes, a causa de la esperanza que les está reservada en el cielo…
Por eso, desde que nos enteramos de esto, oramos y pedimos sin cesar por ustedes, para que Dios les haga conocer perfectamente su voluntad, y les dé con abundancia la sabiduría y el sentido de las cosas espirituales.
Así podrán comportarse de una manera digna del Señor, agradándolo en todo, fructificando en toda clase de obras buenas y progresando en el conocimiento de Dios. (Colosenses 1, 3-5; 9-10).
Reflexión: Las noticias del crecimiento en la fe, en la caridad con los hermanos y en la esperanza de parte de los colosenses, provoca no sólo la alegría de Pablo, sino que lo impulsa a una constante oración para que ellos perseveren en el buen camino, “con firmeza y constancia de ánimo”.
Consigna: El Evangelio echó raíces profundas en Colosas, gracias a la buena acogida de la gente, al esfuerzo de los evangelizadores y a su constante oración por conocer y seguir la voluntad de Dios. Vale también hoy.
Con los saludos y las oraciones del P. Benito
Divúlgalo entre tus amistades
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