Vitaminas Paulinas n. 44*
Recuerden, hermanos, nuestro trabajo y nuestra fatiga cuando les predicamos la Buena Noticia de Dios, trabajábamos día y noche para no serles una carga. Nuestra conducta con ustedes, los creyentes, fue siempre santa, justa e irreprochable: ustedes son testigos, y Dios también. Y como recordarán, los hemos exhortado y animado a cada uno personalmente, como un padre a sus hijos, instándoles a que lleven una vida digna del Dios que los llama a su Reino y a su gloria.
Nosotros, por nuestra parte, no cesamos de dar gracias a Dios, porque cuando recibieron la Palabra que les predicamos, ustedes la aceptaron no como palabra humana, sino como lo que es realmente, como Palabra de Dios, que actúa en ustedes, los que creen. (1Tesalonicenses 2, 9-13).
Reflexión: Pablo recuerda a los de Tesalónica que su predicación, en esa ciudad, fue desprendida, sin gravar sobre nadie; su relación fue como la de un buen padre con sus hijos, animando a cada uno personalmente.
Consigna: Cooperar al adviento del Reino, incluso entres dificultades y sacrificios, con una vida digna, acorde al Evangelio.
Con los saludos y las oraciones del p. Benito
Divúlgalo entre tus amistades
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