Yo los exhorto a que se dejen conducir por el Espíritu de Dios, y así no serán arrastrados por los deseos de la carne. Se sabe muy bien cuáles son las obras de la carne: fornicación, impureza y libertinaje, idolatría y superstición, enemistades y peleas…Los que hacen estas cosas no poseerán el Reino de Dios.
Por el contrario, el fruto del Espíritu es: amor, alegría y paz, magnanimidad, afabilidad, bondad y confianza, mansedumbre y temperancia.
Frente a estas cosas, la Ley está de más… Si vivimos animados por el Espíritu, dejémonos conducir también por él. (Gálatas 5,16-25)
Reflexión: “La lucha de las “obras de la carne” contra el Espíritu no termina nunca. San Pablo nos descubre que venceremos si nos dejamos guiar filialmente por el Espíritu”
Consigna: Dejarse llevar por la sabiduría del Espíritu para renovar el mundo.
Con lo saludos y las oraciones del P. Benito
Divúlgalo entre tus amistades
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