¡Me lanzo hacia adelante!
Esto no quiere decir que haya alcanzado la meta ni logrado la perfección, pero sigo mi carrera con la esperanza de alcanzarla, habiendo sido yo mismo alcanzado por Cristo Jesús.
Hermanos, yo no pretendo haberlo alcanzado. Digo solamente esto: olvidándome del camino recorrido, me lanzo hacia adelante y corro en dirección a la meta, para alcanzar el premio del llamado celestial que Dios me ha hecho en Cristo Jesús. De todas maneras, cualquiera sea el punto adonde hayamos llegado, sigamos por el mismo camino. (Filipenses 3, 12-14.16).
Reflexión: Con lenguaje deportivo, Pablo afirma que, en su carrera, aún no ha alcanzado la meta que es Cristo, el mismo que lo conquistó en el camino de Damasco; y que ahora Pablo quiere alcanzarlo plenamente.
Consigna: El cristiano, como Pablo, vive lanzado hacia delante para dar alcance a Jesucristo
Con los saludos y las oraciones del P. Benito.
Divúlgalo entre tus amistades
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