Vitaminas paulinas para el Año sacerdotal n. 24
Cristo, el fundamento
Pablo, el arquitecto
Nosotros somos cooperadores de Dios, y ustedes son el campo de Dios, el edificio de Dios. Según la gracia que Dios me ha dado, yo puse los cimientos como lo hace un buen arquitecto, y otro edifica encima. Que cada cual se fije bien de qué manera construye. El fundamento ya está puesto y nadie puede poner otro, porque el fundamento es Jesucristo. Sobre él se puede edificar con oro, plata, piedras preciosas, madera, pasto o paja: la obra de cada uno aparecerá tal como es, porque el día del Juicio… y el fuego probará la calidad de la obra de cada uno. Si la obra construida sobre el fundamento resiste la prueba, el que la hizo recibirá la recompensa; si la obra es consumida, se perderá…
¿No saben que ustedes son templo de Dios y que el Espíritu de Dios habita en ustedes? Si alguno destruye el templo de Dios, Dios lo destruirá a él. Porque el templo de Dios es sagrado, y ustedes son ese templo. (1Corintios 3,9-17)
Reflexión: Nos preguntamos con Pablo, si estamos construyendo nuestra vida sobre Cristo y si con el material adecuado que capaz de resistir a la pruebas.
Consigna: Somos “templo de Dios”, la gente que nos trata, ¿lo percibe?
Con los saludos y las oraciones del P. Benito
Recomendamos: “Orar desde Internet”, de Paul Debesse. Editorial San Pablo, Bs. As. Guía a la oración en un tiempo en que la tecnología lo ha invadido todo. Un texto inspirador para cultivar la oración diaria.
Divúlgalo entre tus amistades
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