Les anunciamos el Evangelio
con ternura de madre
Nuestra predicación no se inspira en el error, ni en la impureza, ni en el engaño. Al contrario, Dios nos encontró dignos de confiarnos la Buena Noticia, y nosotros la predicamos, procurando agradar no a los hombres, sino a Dios, que examina nuestros corazones. Ustedes saben –y Dios es testigo de ello – que nunca hemos tenido palabras de adulación, ni hemos buscado pretexto para ganar dinero. Tampocohemos ambicionado el reconocimiento de los hombres, ni de ustedes ni de nadie, si bien, como Apóstoles de Cristo, teníamos el derecho de hacernos valer.7 Al contrario, fuimos tan condescendientes con ustedes, como una madre que alimenta y cuida a sus hijos. Sentíamos por ustedes tanto afecto, que deseábamos entregarles, no solamente la Buena Noticia de Dios, sino también nuestra propia vida: tan queridos llegaron a sernos. (1Tesalonicenses 2,3-8)
Reflexión: Pablo recuerda las enormes dificultades de su predicación a Filipos. En Tesalónica actuó con el cariño de una madre. con desprendimiento de toda remuneración y reconocimiento, incluso legítimos, para no ser gravoso a nadie y mantener su libertad.
Consigna: En nuestra actividad evangelizadora, agradar sólo a Dios. que examina nuestros corazones.
Con los saludos y la las oraciones del P. Benito
Divúlgalo entre tus amistades
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