lunes, febrero 28
3. 6. “Nada nos podrá separar del amor de Dios” (Rom 8,35) de Carlos Mesters
Nada, absolutamente nada, y Pablo va enumerando, “tribulación, angustia, persecución, hambre, desnudez, peligro, espada, muerte, vida, ángeles, principados, presente, futuro, las potestades, las fuerzas de las alturas o de las profundidades”, nada es capaz de apartarlo del amor de Dios, revelado en Cristo Jesús (Rom 8,35,38-39). En esta enumeración exhaustiva tocamos la raíz de la convicción de Pablo, la fuente de su resistencia, el pozo de donde bebe. Nadie podrá acusarlo, pues el propio Dios es quien lo acoge, lo defiende y lo justifica (Rom 8,33). “Si Dios está con nosotros, ¿quien estará, contra nosotros?” (Rom 8,31). Pablo no le debe nada a nadie. ¡Es libre! ¡Y por estar libre de todo, se hace esclavo de todos! (1Cor 9,19).
domingo, febrero 20
3. 5. Cuando me siento débil, entonces soy fuerte (2Cor 12,10) de Carlos Mesters
Pablo, solo, no fue capaz de alcanzar la justicia. Muchas veces sintió sus limitaciones y experimentó lo que Jesús decía: “Sin mí no pueden hacer nada” (Jn 15,5; 2Cor 11,30; 12,10). Al mismo tiempo, a pesar de sus debilidades y limitaciones, sentía dentro de sí “una poderosa energía” (Col 1,29), que le ayudaba en la lucha y en su caminar. Por eso decía: “Cuando me siento débil, entonces soy fuerte” (2Cor 12,10; cf. Flp 4,13). Era la misma “energía eficaz que Dios usó para librar a Jesús de la muerte” (Ef 1,19-20). Pablo le pedía a Dios que los cristianos tomasen conciencia “de la extraordinaria grandeza de ese poder que actúa en ellos, a través de la fe”. (Ef 1,17-20). Porque sólo así tendrían fuerza y motivaciones suficientes para llegar hasta el fin en la lucha contra los poderes de la muerte que actuaban en el mundo matando la vida (cf. Heb 12,4).
domingo, febrero 13
3. 4. “Completo en mi carne lo que falta a la pasión de Cristo” (Col 1,24) de Carlos Mesters
Pablo desea para los demás lo que Jesús fue para él, es decir: el “pariente más próximo”, el Señor que entrega su vida por los hermanos, para que se le restituya al pueblo la posesión de la justicia y de la libertad. Esta entrega es muy concreta: por amor a los hermanos y a las hermanas, Pablo se gloría de vivir del propio trabajo (2Cor 11,7-11); está dispuesto a no comer carne nunca más (1Cor 8,13); se sacrifica a sí mismo y soporta luchas y persecuciones, viajes y cansancios, el peso de cada día (2Cor 11,23-27); sufre con los que sufren (2Cor 11,29)... ¡Mucho esfuerzo! ¡Mucho sufrimiento! Pero todo es vivido como una continuación del servicio de Jesús al pueblo. “Completo en mi carne lo que falta a la pasión de Cristo”. Así el sufrimiento de Pablo, muchas veces trágico y sin sentido, se ilumina a partir del Mayor Amor. Su lucha recibe una dimensión más profunda. La motivación no depende ya sólo de la coyuntura del momento, sino que se mantiene cuando ésta cambia: ¿Cómo completar hoy lo que falta a la pasión de Jesús?
martes, febrero 8
3. 3. “Si morimos con Cristo, también viviremos con El” (Rom 6,8) de Carlos Mesters
El ideal cristiano es ser como Jesús. Quien muere como Jesús, dando su vida por los otros, también participará con Jesús en la victoria sobre la muerte. Esto es lo que más desea Pablo. “Quiero ser semejante a Jesús en su muerte, para ver si alcanzo la resurrección de los muertos” (Flp 3,10-11; 2Cor 4,10-11). Esta experiencia de muerte y resurrección hizo de Pablo un hombre libre; venció su miedo a la muerte (Rom 6,3-7); dio sentido a su renuncia (Flp 3,7-8) y relativizó todo lo demás. Pablo ya vive el futuro: murió y ya resucitó (Ef 2,6; Col 2,12). En adelante no le importa vivir en la riqueza o en la pobreza (2Cor 6,10), tener o no tener (1Cor 7,29-31), la abundancia o las privaciones (Flp 4,11-13). Su mayor deseo es “partir y estar con Cristo” (Flp 1,23). Lo que le hace permanecer en la tierra es el servicio a los hermanos (Flp 1,24-26).
En una ocasión Fray Betto le dijo a Don Pedro Casaldáliga, ambos amenazados de muerte varias veces: ‘¿Pedro, no te parece que los dos estamos viviendo horas extras?’. Y usted, ¿cómo vive todo esto?
jueves, febrero 3
LIBRO RECOMENDADO: EL"HIMNO AL AMOR" DE SAN PABLO

Colección: Pozo de Siquem
227 - El «Himno al amor» de San Pablo -LEE EL PRIMER CAPÍTULO AQUÍ.
ANSELM GRÜN
«Te deseo que tengas una y otra vez la feliz experiencia de que hay en ti una fuente de amor que no se agota, porque es divina, y que entres continuamente en contacto con ese amor. Te deseo que sientas el fuego del amor que penetra en tu cuerpo y en tu alma, que infunde calor a todo lo que hay en ti y que da calidez también a tu lenguaje. Y te deseo que no tengas sólo la experiencia del amor divino, sino que también puedas experimentar el regalo del amor humano. Porque la fuente del amor en nosotros sólo está viva si mana continuamente gracias a la vivencia del amor humano. Y el fuego del amor sólo puede dar calor a todo lo que hay en nosotros si está avivado por el encuentro con personas que están llenas de amor».
Los seres humanos de todos los tiempos han expresado su deseo de amor por medio de canciones e imágenes.
El Himno al amor de san Pablo en la Primera Carta a los Corintios es uno de los pasajes más conocidos de la Biblia. También en el Cantar de los Cantares del Antiguo Testamento se refleja en un lenguaje poético y sensual el deseo de amor que habita en todas las personas.
Anselm Grün interpreta estos textos clásicos para nuestro tiempo y sostiene que la fuerza sanadora del amor es lo que enriquece y da plenitud a nuestra vida, ya sea en la experiencia de amistad, en el matrimonio o en la relación con Dios.
ANSELM GRÜN, monje y administrador de la Abadía benedictina de Münsterschwarzach, es uno de los autores cristianos más leídos en la actualidad. Entre sus numerosas publicaciones en esta misma Editorial se encuentran: Cincuenta ángeles para el alma; El Libro del Arte de Vivir; El libro del deseo; Un largo y gozoso camino; Elogio del silencio; La oración de cada día; Dirigir con valores; Habitar en la casa del amor y El libro de los valores.
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PRECIO: $17.25 + IVU
miércoles, febrero 2
3. 2. “Vivo yo, pero no soy yo quien vive: es Cristo quien vive en mí!” (Gál 2,20) de Carlos Mesters
La experiencia del amor llevó a Pablo a desalojar el ranchito de su vida y a decirle a Jesús: “Puedes entrar y vivir acá. El Señor es quien manda!” El salió y se fue a vivir en la calle esperando órdenes. Antes Pablo se consideraba dueño de su vida. Ahora experimenta lo contrario: ¡“Otro” es quien manda en él, durante las veinticuatro horas del día! El ciudadano romano, el hombre ‘libre’, se dice y se hace ‘esclavo’ de Cristo” (Rom 1,1; Gál 1,10). Pablo ya no se pertenece a sí mismo. “Si vivimos, para el Señor vivimos y, si morimos, morimos para el Señor” (Rom 14,8). Esta “desapropiación” de sí mismo, sin embargo, no le quita la libertad. Por el contrario! “¡Para ser libres, nos liberó Cristo!” (Gál 5,1; 2,4). ¿Cómo ser libre, siendo esclavo de otro? ¿Cómo experimenta usted y vive su libertad?
Día Mundial de la Vida Consagrada
2 de febrero 2011
Un saludo,
una oración, y
un renovado compromiso
para mis amistades
de Vida Consagrada,
con las palabras de Paulo VI:
“Hoy la gente escucha más a los testigos que a los maestros y si los escucha es porque son también testigos”.
p. Benito, Córdoba Argentina