«Mirad: el que siembra con mezquindad, cosechará también con mezquindad; el que siembra en abundancia, cosechará también en abundancia». II Corintios 9, 6
Dios es justo por lo tanto nos da lo que necesitamos. A veces nuestros planes no están acordes con el plan de Dios y ahí es que experimentamos sentimientos de depresión, desgaste en las relaciones de vida diarias como en el trabajo y en la casa, una continua sensación de fracaso, falta de compromiso con nosotros mismos y con los demás, miedos y angustias, frustraciones y sufrimiento, baja autoestima y un sentimiento de soledad y vacío existencial.
Pero si nos ponemos a analizar la frase que nos deja San Pablo podemos ver que el origen de todo lo que nos pasa está en nuestra manera de actuar. Si pensamos en pequeño, obtendremos pequeños resultados, si damos poco, recibiremos poco o nada.
Si estás deprimido hoy... piensa en cuántas veces has llevado alegría al triste. Si sientes que estás fracasando, ¿has reconocido en otros sus logros para que esos estén ahí para apoyarte? Y así sucesivamente examina cada uno de tus pesares y encontrarás su rastro en la misma fuente: Quien has sido tu para los demás. Piensa... ¿QUE Y CUANTO HAS SEMBRADO ANTERIORMENTE?
LA SIEMBRA ES OPCIONAL PERO LA COSECHA ES SIEMPRE OBLIGATORIA.
No hay comentarios:
Publicar un comentario