La vida de san Pablo sin Jesucristo no tiene sentido. Su testimonio, su evangelización, sus cartas, apuntan a esto: “Mi vida es Cristo” (Filip 1,21), remachado en Gálatas: “Cristo vive en mí” (2,20). Toda su predicación apunta a la persona de Cristo. El texto que hoy presentamos es dirigido a su discípulo Timoteo y, en él, a todos nosotros.
¡Acuérdate de Jesucristo!
“Acuérdate de Jesucristo, que resucitó de entre los muertos y es descendiente de David. Esta es la Buena Noticia que yo predico, por la cual sufro y estoy encadenado como un malhechor. Pero la palabra de Dios no está encadenada. Por eso soporto estas pruebas por amor a los elegidos, a fin de que ellos también alcancen la salvación que está en Cristo Jesús y participen de la gloria eterna. Esta doctrina es digna de fe:11 Si hemos muerto con él, viviremos con él. Si somos constantes, reinaremos con él. 12 Si renegamos de él, él también renegará de nosotros. Si somos infieles, él es fiel, 13 porque no puede renegar de sí mismo” (Pablo: 2ª a Timoteo, cap. 2, vv. 8-13).
Pregunta: ¿Quién es Cristo para mí?
Consigna: Quiero buscarlo en todo para que mi vida (personal, familiar, profesional) cambie.
Saludos y oraciones del P. Benito
Divúlgalo entre amigos – 13 de julio 08
No hay comentarios:
Publicar un comentario