Un lugar para caminar con San Pablo... para llevar a Cristo a cada persona en cada paso... un espacio para peregrinar a través de las Cartas de San Pablo, un lugar para reflexionar, compartir, y disfrutar de La Palabra a través de su gesta como el Apóstol de las Gentes. Una oportunidad más para conocer a Pablo de Tarso, misionar con él y llevar la Palabra de Jesús Resucitado.

lunes, diciembre 8

Carta a los Gálatas: Parte I (1,11-2,21)


Es la parte narrativa, más personal e histórica: Pablo defiende su evangelio: su evangelio es de origen divino y está confirmado por la autoridad de la Iglesia.

Al parecer, los judaizantes habían acusado a Pablo de que su mensaje no provenía de Cristo, sino de otros predicadores, y que lo había adulterado al liberar a los gentiles de la obligación de circuncidarse. Su réplica consiste en reafirmar el origen divino de su misión apostólica y en explicar las relaciones que mantiene con la Iglesia madre de Jerusalén.

Por tanto los hechos se evocan solamente para poner en evidencia la verdad del evangelio. Podemos proponer este plan general:

l °) Pablo es llamado a ser apóstol de las naciones y
2°) el combate de Pablo por la verdad de su evangelio en Jerusalén y en Antioquía.
a) el evangelio de Pablo no es de origen humano sino divino (1,11-24)

El evangelio que Pablo tiene que proclamar no es un mensaje abstracto de salvación, ni tampoco una proclamación existencíal sobre el destino del hombre, sino una Persona, el Hijo… Lo que importa percibir es el vínculo entre este descubrimiento teologico y el universalismo de la misión. Si Jesús es el Hijo de Dios y no solamete el Mesías, entonces saltan todas las barreras que separanban a los judíos y a los gentiles. La revelación de Hijo introduce la era del cumplimiento en la que todas las naciones se benefician de la promesa, por medio de la fe (Gal 3,6-9).

11 Porque os hago saber, hermanos, que el Evangelio anunciado por mí, no es de orden humano, 12 pues yo no lo recibí ni aprendí de hombre alguno, sino por revelación de Jesucristo. 13 Pues habéis oído hablar de mi conducta anterior en el judaísmo, cuán encarnizadamente perseguía a la iglesia de Dios para destruirla, 14 y cómo superaba en el judaísmo a muchos compatriotas de mi generación, aventajándoles en el celo por las tradiciones de mis padres. 15 Mas, cuando Aquel que me separó desde el seno de mi madre y me llamó por su gracia, tuvo a bien 16 revelar en mí a su Hijo, para que le anunciase entre los gentiles, al punto, sin pedir consejo a hombre alguno, 17 ni subir a Jerusalén donde los apóstoles anteriores a mí, me fui a Arabia, de donde volví a Damasco.18 Luego, de allí a tres años, subí a Jerusalén para conocer a Cefas y permanecí quince días en su compañía. 19 Y no vi a ningún otro apóstol, sino a Santiago, el hermano del Señor. 20 Y en lo que os escribo, Dios me es testigo de que no miento. 21 Más tarde me fui a las regiones de Siria y Cilicia. 22 Personalmente no me conocían las iglesias de Cristo en Judea. 23 Solamente habían oído decir: «El que antes nos perseguía ahora anuncia la buena nueva de la fe que entonces quería destruir». 24 Y glorificaban a Dios por mi causa.

b) el evangelio de Pablo está aprobado por los responsables de Jerusalén en el concilio de Jerusalén (2,1-10)

Lo demuestra con la aparición constante del verbo circuncidar (2,3; 5,2.3; 6,12.13) y del sustantivo ciscuncisión (2,7.8.9.12; 5,6.11; 6,15).

2,1 Luego, al cabo de catorce años, subí nuevamente a Jerusalén con Bernabé, llevando conmigo también a Tito. 2 Subí movido por una revelación y les expuse a los notables en privado el Evangelio que proclamo entre los gentiles para ver si corría o había corrido en vano. 3 Pues bien, ni siquiera Tito que estaba conmigo, con ser griego, fue obligado a circuncidarse. 4 Y esto a causa de los intrusos, los falsos hermanos que solapadamente se infiltraron para espiar la libertad que tenemos en Cristo Jesús, con el fin de reducirnos a esclavitud, 5 a quienes ni por un instante cedimos, sometiéndonos, a fin de salvaguardar para vosotros la verdad del Evangelio… 6 Y de parte de los que eran tenidos por notables -¡no importa lo que fuesen: Dios no mira la condición de los hombres- en todo caso, los notables nada nuevo me impusieron. 7 Antes al contrario, viendo que me había sido confiada la evangelización de los incircuncisos, al igual que a Pedro la de los circuncisos, 8 -pues el que actuó en Pedro para hacer de él un apóstol de los circuncisos, actuó también en mí para hacerme apóstol de los gentiles- 9 y reconociendo la gracia que me había sido concedida, Santiago, Cefas y Juan, que eran considerados como columnas, nos tendieron la mano en señal de comunión a mí y a Bernabé, para que nosotros fuéramos a los gentiles y ellos a los circuncisos.10 Sólo nos pidieron que nos acordáramos de los pobres, cosa que he procurado cumplir. c) el evangelio de Pablo puso de manifiesto la falta de consecuencia de Pedro en Antioquía (2,11-14): el combate de Pablo por la libertad cristiana y la verdad del evangelio.

Los “pilares” de la Iglesia de Jerusalén no sólo aprobaron el evangelio de Pablo, sino que en la Iglesia de Antioquía, formada por gentiles y judíos, la predicación de Pablo apareció como la única respuesta posible. En la parte narrativa de la carta, el conflicto de Antioquía constituye el punto final.

11 Mas, cuando vino Cefas a Antioquía, me enfrenté con él cara a cara, porque era censurable. 12 Pues antes que llegaran algunos de parte de Santiago, comía en compañía de los gentiles; pero una vez que aquéllos llegaron, empezó a evitarlos y apartarse de ellos por miedo a los circuncisos. 13 Y los demás judíos disimularon como él, hasta el punto de que el mismo Bernabé se vio arrastrado a la simulación.

14 Pero en cuanto vi que no procedían rectamente, conforme a la verdad del Evangelio, dije a Cefas en presencia de todos: «Si tú, siendo judío, vives como gentil y no como judío, ¿cómo fuerzas a los gentiles a judaizar?

d) Resumiendo: Pablo resume su evangelio (2,15-21): por la fe en Cristo, Dios justifica a judíos y paganos.

La primera parte de Gal termina con un resumen de la enseñanza de Pablo sobre la fe y la Ley, y viene a ser una reformulación de las palabras que Pablo dirigió a Pedro en Antioquía. Gran parte de la doctrina de Rom y Gal se encuentra sintetizada con gran concisión en estos siete versículos. Estos versículos apasionados en los que Pablo nos abre el secreto de su vida personal, constituyen el corazón mismo de toda la carta y sirven de transición a la demostración por medio de la Escritura.

15 «Nosotros somos judíos de nacimiento y no gentiles pecadores; a pesar de todo, 16 conscientes de que el hombre no se justifica por las obras de la ley sino por la fe en Jesucristo, también nosotros hemos creído en Cristo Jesús a fin de conseguir la justificación por la fe en Cristo, y no por las obras de la ley, pues por las obras de la ley nadie será justificado. 17 Ahora bien, si buscando nuestra justificación en Cristo, resulta que también nosotros somos pecadores, ¿está Cristo al servicio del pecado? ¡De ningún modo! 18 Pues si vuelvo a edificar lo que una vez destruí, a mí mismo me declaro transgresor. 19 En efecto, yo por la ley he muerto a la ley, a fin de vivir para Dios: con Cristo estoy crucificado; 20 y ya no vivo yo, sino que Cristo vive en mí. Esta vida en la carne, la vivo en la fe del Hijo de Dios que me amó y se entregó a sí mismo por mí. 21 No anulo la gracia de Dios, pues si por la ley se obtuviera la justicia, habría muerto en vano Cristo.»

Escrito por rsanzcarrera

Archivado en Corpus Paulinum
14 Junio, 2008

Continuará...

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