Vitaminas Paulinas n. 48
La esperanza no quedará defraudada
Justificados por la fe, estamos en paz con Dios, por medio de nuestro Señor Jesucristo. Por él hemos alcanzado, mediante la fe, la gracia en la que estamos afianzados, y por él nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios. Más aún, nos gloriamos hasta de las mismas tribulaciones, porque sabemos que la tribulación produce la constancia; la constancia, la virtud probada; la virtud probada, la esperanza. Y la esperanza no quedará defraudada, porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo, que nos ha sido dado. En efecto, cuando todavía éramos débiles, Cristo, en el tiempo señalado, murió por los pecadores(Romanos 5, 1-6).
Reflexión.-“La esperanza no defrauda”: alcanza sin más lo que atiende de la “promesa” de Dios, porque nace, es alimentada, es sugerida por “el amor de Dios derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos ha sido dado” (p. S. Cipriani).
Consigna.-Recuerda que la esperanza es la otra cara de la paciencia.
Con los saludos y las oraciones del P. Benito
Divúlgalo entre tus amistades
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