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Las Perlas de san Pablo
Vitaminas Paulinas n. 49
Porque somos hijos podemos decirle a Dios: ¡Abbá! ¡Padre!
Todos los que son conducidos por el Espíritu de Dios son hijos de Dios. Y ustedes no han recibido un espíritu de esclavos para volver a caer en el temor, sino el espíritu de hijos adoptivos, que nos hace llamar a Dios ¡Abba!, es decir, ¡Padre! El mismo Espíritu se une a nuestro espíritu para dar testimonio de que somos hijos de Dios. Y si somos hijos, también somos herederos, herederos de Dios y coherederos de Cristo, porque sufrimos con él para ser glorificados con él. Yo considero que los sufrimientos del tiempo presente no pueden compararse con la gloria futura que se revelará en nosotros. (Romanos 8, 14-18)
Reflexión: Por el Bautismo hemos sido hecho hijos adoptivos de Dios y por eso, en fuerza del Espíritu, podemos llamar a Dios con el nombre de Abbá, Papá, Padre. Esto nos hace también herederos de Dios y coherederos de Cristo. a condición que participemos en sus mismos sufrimientos.
Consigna: Ser hijo de Dios significa vivir desde ya como v
ciudadanos del cielo, en justicia y caridad para con todos
Con los saludos y las oraciones el P. Benito
Divúlgalo entre tus amistades
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