Un lugar para caminar con San Pablo... para llevar a Cristo a cada persona en cada paso... un espacio para peregrinar a través de las Cartas de San Pablo, un lugar para reflexionar, compartir, y disfrutar de La Palabra a través de su gesta como el Apóstol de las Gentes. Una oportunidad más para conocer a Pablo de Tarso, misionar con él y llevar la Palabra de Jesús Resucitado.

lunes, octubre 13

III CONFERENCIA SOBRE SAN PABLO: CRISTO Y LA SALVACION (PRIMERA PARTE)


CRISTOLOGIA
Y SOTERIOLOGIA PAULINA


Jesucristo es el centro, la culminación y la realización plena del plan de Dios. Pero ¿conocemos verdaderamente a Cristo? Podemos conocer su vida y su personalidad aplicando la inteligencia iluminada por la fe, reflexionando sobre todo lo que ha dicho y enseñado, llegando a una visión teológica del misterio de su persona y de su obra salvífica. Esto es lo que nos proponemos a continuación, "hacer cristología", esto es, conocer a Jesucristo.

A ello se ha dedicado la Iglesia desde sus orígenes, los Padres de la Iglesia, los teólogos de todos los tiempos y culturas, y también los místicos. A veces nos encontramos con interpretaciones que se deben corregir con el fin de reconducir la reflexión y conocimiento verdadero de Cristo.

A nosotros nos toca ahora profundizar, conocer, vivir y testimoniar a Jesucristo. Guiados por la enseñanza bíblica, la voz de la Tradición, nuestra experiencia de vida con Cristo, guiada por el Espíritu será posible llegar al conocimiento de Jesucristo que constituye el fin último de todo estudio teológico.

Nuestro método será "teológico": "creer para comprender", clave de todo conocimiento teológico y "comprender para creer", esfuerzo necesario para beneficio de nuestra fe y vida cristiana.

La presente reflexión aborda: la llamada cristología bíblica; desarrollo del dogma cristológico; la cristología sistemática a la que se une la soteriología (la afirmación básica de que Jesucristo es verdadero Dios y verdadero hombre, así como su obrar salvífico a favor del ser humano será el centro y el núcleo); y una exposición de diversos temas relacionados con Cristo.

Finalmente concluir con la afirmación de que el camino para conocer a Cristo no concluye con el estudio de un texto, casi podríamos decir que se reinicia. Con el deseo de recorrerlo con la docilidad del Espíritu, nos encaminamos a abordarlo.

La primera referencia a este respecto son los discursos referidos en el Libro de los Hechos, que anuncian sobre todo la resurrección y glorificación de Jesús de Nazaret. Es paradigmático el discurso de Pedro en Pentecostés. Al Jesús que fue condenado a muerte, Dios lo ha resucitado (He. 2, 32-36) y lo ha proclamado Señor, o sea partícipe de la omnipotencia divina, y Mesías, consagrado para una misión salvífica (He. 2, 33); por tanto es Dios y salvador del ser humano. Cristología y soteriología forman aquí una unidad inseparable. El hombre Jesús se transforma en el salvador del género humano.

A la predicación más antigua pertenece igualmente el texto de 1Cor 15, 1-7. En él recuerda Pablo lo que con anterioridad ya ha anunciado, y que él mismo ha "recibido", a saber: la muerte de Jesús por "nuestros pecados", su sepultura y resurrección, hechos acaecidos todos ellos "según las Escrituras". También este es un texto cristológico de sumo valor, cuya autenticidad puede estimarse indiscutida.

Las homologías o fórmulas de exclamación con las que se proclamaba la fe en Jesucristo, se encuentran entre los testimonios cristológicos más arcaicos. Algunas aclamaciones proclaman que Jesús es el Señor, y hasta el único Señor, e igualmente, que es el Mesías, el Cristo. Otras en cambio, aplican a Jesús el título de Hijo de Dios, título que la Iglesia primitiva interpreta en sentido propio.

Los himnos cristológicos muy probablemente provienen de la liturgia de la Iglesia primitiva. Intentan celebrar el drama divino del Redentor, que baja del cielo para redimir a la humanidad y vencer a las potencias cósmicas después de haber sido exaltado a la gloria. En general se distinguen por la solemnidad del estilo, por una introducción que a menudo les precede, y por el pronombre relativo "el cual", referido a Cristo, sin nexo directo con la introducción misma.

Su enseñanza puede resumirse básicamente en los siguientes términos: El Salvador es uno con Dios e igual a él; es mediador de la creación y de la redención; baja del cielo para vivir entre los hombres, despojándose de su poder; muere en un acto de obediencia a Dios, siendo resucitado; realiza la reconciliación de los hombres y del cosmos con el mismo Dios; finalmente es exaltado y colocado a la derecha de Dios. Tal es la cristología de los comienzos.

Desde los orígenes, la fe de la Iglesia profesa en la predicación y en el culto la presencia de un salvador que es el Mesías, su muerte y su resurrección por la vida de la humanidad, así como su unidad con Dios. Profundizar la comprensión de este núcleo revelado a fin de expresarlo mejor y hacerlo más accesible fue la tarea a la que se entregó la Iglesia en los primeros siglos, valiéndose para ello de aquellas categorías contemporáneas que parecían más idóneas.

Por: Irma Hernández Torres

Continuará...

Sobre la autora: Posee varios títulos de educación superior en Teología y actualmente funge como presidenta del Instituto Teológico Internacional de Puerto Rico (ITIPRI) y labora a tiempo completo como profesora de Teología en la Universidad del Sagrado Corazón en Santurce, Puerto Rico. Para más información sobre el ITIPRI pueden visitar su página web:

http://www.itipri.org , escribir a itipri@isla.net o llamar al 1 (787) 764-5141

1 comentario:

Cristianismo Laico dijo...

La importancia capital de la crítica a la doctrina judaizante de la Iglesia, radica en que nos aporta los elementos de juicio necesarios para deslindar objetivamente el camino ecuménico. Y darnos cuenta de la felonía moral que cometió San Pablo en sus epístolas al desviar el movimiento cristiano inicialmente laico, hacia la ecumene Abrahámica. Cambiando la __objetividad de los hechos y enseñanzas de Cristo hombre narrados en los Evangelios, como ejemplo para motivarnos a seguirlo practicando el altruismo, el misticismo y el activismo social intensos, a fin de alcanzar la trascendencia humana y la sociedad perfecta__ por la subjetividad de la explicación teológica para seguir a Cristo resucitado, practicando la el culto, el rezo, el rito y la lectura bíblica. Convirtiendo en religión el movimiento cristiano inicialmente laico, con el fin de que los judíos cristianos siguieran cumpliendo la ley de Israel o Torah, y los cristianos no judíos ayudaran a Israel a llegar a ser la principal de las naciones. http://es.scribd.com/doc/73578720/CRITICA-A-LA-CRISTOLOGIA-DE-SAN-PABLO

Este es..

... un espacio para peregrinar a través de las Cartas de San Pablo, un lugar para reflexionar, compartir, y disfrutar de La Palabra a través de su gesta como el Apóstol de las Gentes. Una oportunidad más para conocer a Pablo de Tarso, misionar con él y llevar la Palabra de Jesús Resucitado.