Un lugar para caminar con San Pablo... para llevar a Cristo a cada persona en cada paso... un espacio para peregrinar a través de las Cartas de San Pablo, un lugar para reflexionar, compartir, y disfrutar de La Palabra a través de su gesta como el Apóstol de las Gentes. Una oportunidad más para conocer a Pablo de Tarso, misionar con él y llevar la Palabra de Jesús Resucitado.

miércoles, octubre 29

SOMOS SALVOS EN LA ESPERANZA




Este fuerte pasaje de san Pablo sobre la esperanza, es muy actual debido también a la crisis económica que ha sacudido a Estados Unidos y luego al mundo entero. El papa Benedicto lo ha recordado con fuerza: el dinero se difumina rápido; sólo la Palabra de Dios es sólida y permanece para siempre. “Yo considero que los sufrimientos del tiempo presente no pueden compararse con la gloria futura que se revelará en nosotros…

Sabemos que la creación entera, hasta el presente, gime y sufre dolores de parto. Y no sólo ella: también nosotros, que poseemos las primicias del Espíritu, gemimos interiormente anhelando que se realice la plena filiación adoptiva, la redención de nuestro cuerpo. Porque solamente en esperanza estamos salvados. Ahora bien, cuando se ve lo que se espera, ya no se espera más: ¿acaso se puede esperar lo que se ve? En cambio, si esperamos lo que no vemos, lo esperamos con constancia”. (Romanos 8, 18-25).

Con los saludos y las oraciones del P. Benito.

Consigna: Se está realizando el Sínodo de Obispos sobre: “La Palabra de Dios en la vida y en la misión de la Iglesia” (5-26 de octubre). Participamos con nuestras oraciones y sufrimientos.

sábado, octubre 25

III CONFERENCIA SOBRE SAN PABLO: CRISTO Y LA SALVACION (TERCERA PARTE)

La carta a los Filipenses

En la carta a los Filipenses, Pablo incorpora un himno cuya intensión es para que “tengan unos con otros lo mismos sentimientos que tuvo Cristo Jesús.” La invitación es para que todos tengamos las actitudes de humildad y ternura unos con otros, para evitar las divisiones y las discordias, después de decir esto continúa el himno, donde Cristo es el ejemplo.

El, siendo de condición divina, no reivindicó, en los hechos, la igualdad con Dios…..ver Filipenses 2, 6-11

Los temas que aparecen en el texto son: la preexistencia de Cristo, (ya vista en Juan), la humillación en la encarnación, la glorificación de Cristo, la adoración del universo y el nuevo título Cristo Jesús es el Señor.

Los cristianos que entonaron este himno emplearon una visión cosmológica que viene de la influencia griega de aquel entonces, donde dividen el universo; cielo, tierra, bajo la tierra o en los abismos. El autor desea presentar una cristología, un Cristo cosmocrator, rey del universo, donde todo está bajo Él, los cielos, la tierra y los abismos; la preexistencia, la encarnación, la exaltación y el homenaje a Cristo Jesús, rey del cosmos, del universo. (Schillebeeckx, Christ, the experience of Jesus as Lord; 169)

Jesús toma la forma de hombre, despojándose de su divinidad. Se humilló, se hace obediente hasta la muerte; esta obediencia escatológica, hace que libremente se someta a la muerte y ésta rompe el poder de la muerte para la liberación o salvación del ser humano. Esta muerte y muerte en “cruz” es para Pablo símbolo de gloria y no de vergüenza. Jesús muere y muere en la cruz, no sólo se despoja de su condición divina, sino que acepta en obediencia al Padre la muerte en cruz.

Este himno nos remite a Isaías 45, 22-23, donde invita a todas las naciones a doblar la rodilla y que toda lengua proclame un homenaje a Yahvé. Este texto nos deja ver claramente que Jesús el Cristo es el Señor de toda la creación, aún siendo humano y víctima de la opresión.

Jesús es el regalo escatológico, que existió desde el principio. Su grandeza estriba en haber aceptado la humildad de ser hombre, despojándose de todo. Por eso Dios lo exaltó, lo engrandeció concediéndole el Nombre sobre todo nombre, Jesús es el Señor.

Con este gesto Dios demuestra su amor a la humanidad; todos los seres, del cielo, de la tierra, y de los abismos doblan la rodilla ante la figura de este hombre humilde que desde una visión cósmica es el hijo del hombre y no un ángel. Es decir, Jesús que como hombre está debajo de los ángeles, es exaltado por Dios sobre los ángeles, por su humildad y obediencia.

Lo que se ve en Isaías es transferido a Cristo; el mundo entero, los poderes de arriba y de debajo de la tierra, deben dar homenaje al nuevo rey del universo. Este nuevo rey es Jesús el Cristo, el hombre que compartió su destino humano en solidaridad con nosotros. Esta universalidad es cósmica, todo en el universo dobla su rodilla ante Él. Se convierte en el cosmocrator, en el Cristo cósmico, centro del universo.

Por: Dra. Irma Hernández Torres

lunes, octubre 20

III CONFERENCIA SOBRE SAN PABLO: CRISTO Y LA SALVACION (SEGUNDA PARTE)



La cristología de Pablo.

En la reflexión cristológica de Pablo entran diversos elementos, los principales son: la revelación que Jesús le hizo personalmente (Gal.1,11-12), la aportación de la tradición eclesial, la experiencia de predicador y fundador de comunidades cristianas y, además, su experiencia en la cárcel. En su cristología se da una profundización homogénea, que a través de tres movimientos, pasa de la enseñanza soteriológica de la Iglesia primitiva, centrada toda ella en el acontecimiento pascual y en la parusía a la participación del creyente en la vida misma del Resucitado mediante la justificación, para llegar finalmente a la reflexión sobre el misterio de la persona de Jesús. En cuanto a las cartas pastorales, siguen presentando a Jesús en la perspectiva soteriológica como único salvador del hombre.

Así Jesucristo es presentado como preexistente junto al Padre: es de naturaleza divina, igual a Dios: a pesar de ello, se despojó de esta dignidad y se hizo hombre, adoptando la condición de siervo y obedeciendo hasta la muerte, por lo cual Dios lo resucitó y le proclamó Señor (Flp. 2,6-11). Este Cristo es además imagen del Dios invisible, engendrado antes que toda criatura.

En cuanto a los títulos cristológicos recordamos lo más importantes y que más se repiten. Pablo se dirige a Jesús llamándole Cristo, también Señor, y le reconoce un "nombre por encima de todo nombre" (Flp. 2,9-11); e Hijo de Dios.

Finalmente señalar que en cuanto al valor de los títulos de Señor y de Hijo de Dios, no sólo significan la filiación eterna (preexistencia) de Jesús, sino también indirectamente su divinidad. En particular, el título de Señor coloca a Jesús en la intimidad divina; si puede preexistir respecto a las criaturas, es porque está siempre junto al Padre.

Autora: Dra. Irma Hernández Torres

(La semana entrante les incluiremos la tercera parte: una mirada a las cartas de Pablo a los Filipenses y a los Colosenses)

lunes, octubre 13

III CONFERENCIA SOBRE SAN PABLO: CRISTO Y LA SALVACION (PRIMERA PARTE)


CRISTOLOGIA
Y SOTERIOLOGIA PAULINA


Jesucristo es el centro, la culminación y la realización plena del plan de Dios. Pero ¿conocemos verdaderamente a Cristo? Podemos conocer su vida y su personalidad aplicando la inteligencia iluminada por la fe, reflexionando sobre todo lo que ha dicho y enseñado, llegando a una visión teológica del misterio de su persona y de su obra salvífica. Esto es lo que nos proponemos a continuación, "hacer cristología", esto es, conocer a Jesucristo.

A ello se ha dedicado la Iglesia desde sus orígenes, los Padres de la Iglesia, los teólogos de todos los tiempos y culturas, y también los místicos. A veces nos encontramos con interpretaciones que se deben corregir con el fin de reconducir la reflexión y conocimiento verdadero de Cristo.

A nosotros nos toca ahora profundizar, conocer, vivir y testimoniar a Jesucristo. Guiados por la enseñanza bíblica, la voz de la Tradición, nuestra experiencia de vida con Cristo, guiada por el Espíritu será posible llegar al conocimiento de Jesucristo que constituye el fin último de todo estudio teológico.

Nuestro método será "teológico": "creer para comprender", clave de todo conocimiento teológico y "comprender para creer", esfuerzo necesario para beneficio de nuestra fe y vida cristiana.

La presente reflexión aborda: la llamada cristología bíblica; desarrollo del dogma cristológico; la cristología sistemática a la que se une la soteriología (la afirmación básica de que Jesucristo es verdadero Dios y verdadero hombre, así como su obrar salvífico a favor del ser humano será el centro y el núcleo); y una exposición de diversos temas relacionados con Cristo.

Finalmente concluir con la afirmación de que el camino para conocer a Cristo no concluye con el estudio de un texto, casi podríamos decir que se reinicia. Con el deseo de recorrerlo con la docilidad del Espíritu, nos encaminamos a abordarlo.

La primera referencia a este respecto son los discursos referidos en el Libro de los Hechos, que anuncian sobre todo la resurrección y glorificación de Jesús de Nazaret. Es paradigmático el discurso de Pedro en Pentecostés. Al Jesús que fue condenado a muerte, Dios lo ha resucitado (He. 2, 32-36) y lo ha proclamado Señor, o sea partícipe de la omnipotencia divina, y Mesías, consagrado para una misión salvífica (He. 2, 33); por tanto es Dios y salvador del ser humano. Cristología y soteriología forman aquí una unidad inseparable. El hombre Jesús se transforma en el salvador del género humano.

A la predicación más antigua pertenece igualmente el texto de 1Cor 15, 1-7. En él recuerda Pablo lo que con anterioridad ya ha anunciado, y que él mismo ha "recibido", a saber: la muerte de Jesús por "nuestros pecados", su sepultura y resurrección, hechos acaecidos todos ellos "según las Escrituras". También este es un texto cristológico de sumo valor, cuya autenticidad puede estimarse indiscutida.

Las homologías o fórmulas de exclamación con las que se proclamaba la fe en Jesucristo, se encuentran entre los testimonios cristológicos más arcaicos. Algunas aclamaciones proclaman que Jesús es el Señor, y hasta el único Señor, e igualmente, que es el Mesías, el Cristo. Otras en cambio, aplican a Jesús el título de Hijo de Dios, título que la Iglesia primitiva interpreta en sentido propio.

Los himnos cristológicos muy probablemente provienen de la liturgia de la Iglesia primitiva. Intentan celebrar el drama divino del Redentor, que baja del cielo para redimir a la humanidad y vencer a las potencias cósmicas después de haber sido exaltado a la gloria. En general se distinguen por la solemnidad del estilo, por una introducción que a menudo les precede, y por el pronombre relativo "el cual", referido a Cristo, sin nexo directo con la introducción misma.

Su enseñanza puede resumirse básicamente en los siguientes términos: El Salvador es uno con Dios e igual a él; es mediador de la creación y de la redención; baja del cielo para vivir entre los hombres, despojándose de su poder; muere en un acto de obediencia a Dios, siendo resucitado; realiza la reconciliación de los hombres y del cosmos con el mismo Dios; finalmente es exaltado y colocado a la derecha de Dios. Tal es la cristología de los comienzos.

Desde los orígenes, la fe de la Iglesia profesa en la predicación y en el culto la presencia de un salvador que es el Mesías, su muerte y su resurrección por la vida de la humanidad, así como su unidad con Dios. Profundizar la comprensión de este núcleo revelado a fin de expresarlo mejor y hacerlo más accesible fue la tarea a la que se entregó la Iglesia en los primeros siglos, valiéndose para ello de aquellas categorías contemporáneas que parecían más idóneas.

Por: Irma Hernández Torres

Continuará...

Sobre la autora: Posee varios títulos de educación superior en Teología y actualmente funge como presidenta del Instituto Teológico Internacional de Puerto Rico (ITIPRI) y labora a tiempo completo como profesora de Teología en la Universidad del Sagrado Corazón en Santurce, Puerto Rico. Para más información sobre el ITIPRI pueden visitar su página web:

http://www.itipri.org , escribir a itipri@isla.net o llamar al 1 (787) 764-5141

sábado, octubre 11

Por el Espíritu podemos llamar “Papá” a Dios



“Todos los que son conducidos por el Espíritu de Dios son hijos de Dios. Y ustedes no han recibido un espíritu de esclavos para volver a caer en el temor, sino el espíritu de hijos adoptivos, que nos hace llamar a Dios ¡Abbá!, es decir, ¡Padre! El mismo Espíritu se une a nuestro espíritu para dar testimonio de que somos hijos de Dios. Y si somos hijos, también somos herederos, herederos de Dios y coherederos de Cristo, porque sufrimos con él para ser glorificados con él” (Romanos 8, 14-17).

El Señor es el Espíritu, y donde está el Espíritu del Señor, allí está la libertad” “. ( 2Corintios 3,17).

“Los frutos del Espíritu son: amor, alegría y paz, magnanimidad, afabilidad, bondad y confianza, mansedumbre y dominio de sí mismo”. (Gálatas 5,22).


“No apaguéis el fuego del Espíritu” (1Tesalonicenses 5,19). “No entristezcáis al Espíritu Santo de Dios” (Efesios 4,30).



Consigna: Del 5 al 26 de octubre se reúne el Sínodo de Obispos sobre el tema: “La Palabra de Dios en la vida y en la misión de la Iglesia”. Acompañemos con la oración: el Espíritu Santo ilumine y guíe para que se llegue a líneas operativas concretas.

lunes, octubre 6

REVISTANSE DE LA ARMADURA DE DIOS


Pablo concibe la vida cristiana como una lucha y desea que el cristiano esté bien apertrechado con la verdad, la justicia, la palabra de Dios; así podrá resistir todo asalto y anunciar con eficacia el Evangelio de la paz.

“Fortalézcanse en el Señor con la fuerza de su poder. Revístanse con la armadura de Dios, para que puedan resistir las insidias del demonio… para que puedan resistir en el día malo y mantenerse firmes después de haber superado todos los obstáculos.


Permanezcan de pie, ceñidos con el cinturón (1) de la verdad y vistiendo la justicia como coraza (2).
Calcen sus pies con el celo (3) para propagar la Buena Noticia de la paz. Tengan siempre en la mano el escudo (4) de la fe, con el que podrán apagar todas las flechas encendidas del Maligno. Tomen el casco (5) de la salvación, y la espada (6) del Espíritu, que es la Palabra de Dios”. (Efesios 6, 10-17).

Saludos y oraciones del P. Benito Spoletini


Consigna: Al comenzar el día, tómate un minuto para ti y revístete de la “armadura de Dios” que te hará invencible en las pruebas del día.

Este es..

... un espacio para peregrinar a través de las Cartas de San Pablo, un lugar para reflexionar, compartir, y disfrutar de La Palabra a través de su gesta como el Apóstol de las Gentes. Una oportunidad más para conocer a Pablo de Tarso, misionar con él y llevar la Palabra de Jesús Resucitado.