Un lugar para caminar con San Pablo... para llevar a Cristo a cada persona en cada paso... un espacio para peregrinar a través de las Cartas de San Pablo, un lugar para reflexionar, compartir, y disfrutar de La Palabra a través de su gesta como el Apóstol de las Gentes. Una oportunidad más para conocer a Pablo de Tarso, misionar con él y llevar la Palabra de Jesús Resucitado.

viernes, abril 22

¿Cómo viajaba Pablo por el mundo?

1. ¿Cómo viajaba Pablo por el mundo?

“Hice muchos viajes. Sufrí peligros en ríos, con peligros de bandidos, peligros en la ciudad, peligros en el desierto, peligros en el mar. Tres veces naufragué. Una vez pasé un día y una noche en alta mar” (2Cor 11,26).

1. 1. Los caminos y las ciudades

Según los Hechos de los Apóstoles, el tercer período de la vida de Pablo está marcado por tres grandes viajes misioneros. El primero empezó en el año 46, cuando Pablo estaba con 41 años de edad (Hch 13,1-3). El tercero terminó en el año 58 con su prisión en la plaza del templo (Hch 21,27-34). En total doce o trece años de correrías! No se puede comparar con la realidad de hoy. Quizá se pueda comparar con aquellos lugares de nuestro interior, en los que todavía no hay bus, sino lomo de animales y caminos de tierra. Pablo viajó por tierra, por mar: millares de kilómetros.

Sólo las grandes vías del Imperio tenían hospedaje cada treinta kilómetros para ofrecer seguridad a los viajeros. En los otros caminos, había poca seguridad. Por ello existían incluso empresas que, a cambio de un buen dinero, daban protección en los viajes. Pablo no tenía nada de esto. Iba con Dios y con los amigos; enfrentaba peligros de todo tipo: “Hice muchos viajes. Sufrí peligros en ríos, peligros por parte de ladrones, peligro por parte de mis hermanos de raza, peligros por parte de los paganos, peligros en la ciudad, peligros en el desierto, peligros en el mar, peligros por parte de falsos hermanos. Tres veces naufragué. Pasé un día y una noche en alta mar” (2Cor 11,26). ¡Viajar era muy peligroso en aquel tiempo!

Durante doce o trece años anduvo así, recorriendo las grandes ciudades del Imperio: Antioquía, Atenas, Corinto, Efeso, Roma. Era un mundo muy diferente al del interior de Palestina o de su barrio en Tarso. Aquellas ciudades inmensas tenían el estilo griego de vivir, pensar y organizarse. A través de ellas, se extendía por el mundo la mentalidad griega o helenista. Para que usted tenga una idea: según la opinión de algunos estudiosos, Antioquía de Siria tenía cerca de medio millón de habitantes; Efeso un poco menos; Corinto alrededor de 600.000; Roma llegaba casi al millón. En aquellas ciudades se juntaba gente del mundo entero, como en las grandes ciudades de hoy.

El Evangelio procedía del mundo rural, del interior de Palestina, y necesitaba encarnarse en esa nueva realidad del mundo urbano ¡Tarea difícil! Desde entonces, aquel desafío ocupará gran parte de la vida de Pablo.

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