Un lugar para caminar con San Pablo... para llevar a Cristo a cada persona en cada paso... un espacio para peregrinar a través de las Cartas de San Pablo, un lugar para reflexionar, compartir, y disfrutar de La Palabra a través de su gesta como el Apóstol de las Gentes. Una oportunidad más para conocer a Pablo de Tarso, misionar con él y llevar la Palabra de Jesús Resucitado.

viernes, abril 29

1. 2. Los amigos (de Pablo) por Carlos Mesters

1. 2. Los amigos

Pablo nunca viajaba solo, sino que iba acompañado por algún amigo o grupo de amigos. En el primer viaje fue con Bernabé y Juan Marcos (Hch 13,3-5). En el segundo viaje, después de la discusión con Bernabé, viajó con Silas (Hch 15,36-40) y, más tarde, con Timoteo (Hch 15,1-3) y Lucas. Se sabe que Lucas entró en el equipo porque inesperadamente, escribe: “‘Nosotros’ seguimos...” (Hch 16,11). Si Lucas dice ‘nosotros’, es porque él formaba parte del grupo. Al final del segundo viaje otras cuantas personas entraron en el equipo, incluso el matrimonio Priscila y Aquila (Hch 18,18). En el tercer viaje, fueron muchos los compañeros (Hch 19,22; 20,4-5; 21,16).

Pablo viajaba con amigos no sólo por seguridad personal, sino también por la necesidad que sentía de la comunidad, incluso al viajar. Pues no anunciaba la Buena Nueva en su nombre, sino en nombre de la comunidad que le delegó para ello (Hch 13,1-3; Gál 2,9) y de la que recibió la tradición (1Cor 15,3).

Los amigos participaban incluso de las cartas que Pablo escribía. Aparecen al inicio y al final de casi todas ellas (Rom 16,21-23; 1Cor 1,1; 16,19; 2Cor 1,1; Gál 1,2; Flp 1,1; 4,21; Col 1,1; 4,10-13; 1Tes 1,1; 2Tes 1,1; 2Tm 4,21). Vale la pena hacer un recuento de las personas que rodean a Pablo durante los viajes y verificar cuál fue la tarea de cada uno ¡Son muchas personas y muchas tareas!

Algunas compañeras y compañeros aparecen como amigos más íntimos. Sin su ayuda, Pablo no hubiera podido hacer lo que hizo. Ellos le ayudaban a superar las crisis y a vencer las dificultades. He aquí algunos de ellos: Bernabé, el amigo de la primera hora (Hch 9,27; 11,25-26; 13,2; 1Cor 9,6; Gál 2,1.9.13). Lidia, la coordinadora de la comunidad de Filipos (Hch 16,14-15,40; cf. Flp 1,5.7-8; 4,15). El matrimonio Priscila y Aquila (Hch 18,2-18; Rom 16,3-4), la diaconisa Febe, que “ha ayudado a mucha gente, incluso a mí” (Rom 16,1-2) y, sobre todo, Timoteo.

Timoteo era de Listra, en Asia Menor (Hch 16,1), donde Pablo fue apedreado por los judíos y socorrido por la comunidad durante el primer viaje (Hch 14,19-20). Pablo conocía a la familia de Timoteo, a su madre Eunice y a su abuela Lois (2Tm 1,5; 3,14-15). En el segundo viaje, al pasar por Listra, se llevó a Timoteo, como compañero de viaje (Hch 16,1-3). Timoteo recibió varias tareas importantes (Hch 19,22; 1Tm 1,3.18-19; 1Tes 3,2-6; 1Cor 4,17; 16,10). Pablo le quería como a un hijo (Flp 2,19-22). Los dos se ayudaban mutuamente en la vivencia del Evangelio y en el servicio al pueblo.

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